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26 diciembre 2020

ACERCA DE SER POBRE Y OTRAS INDIGNIDADES ESPAÑOLAS


Es difícil hacerse hoy en día una idea de la cantidad de papeles que eran necesarios para emigrar. Certificaciones de lo más variopinto, cédulas personales, notas registrales. Como para volverse loco y para pensarse dos veces lo de cruzar el charco. No era ya lo que al emigrante le pedían en España sino que los países receptores de los emigrantes ponían también una gran cantidad de trabas y condiciones para garantizar que los que emigraban eran individuos sanos, sin taras de ningún tipo , menores de 60 años y con capacidad de trabajo acreditada. En el caso de la persona a cuyo nombre ha sido expedido el certificado cuya imagen reproducimos, entre los muchos papeles de su expediente, hay un certificado emitido por el alcalde de su pueblo en el que se certifica, literalmente, que “reúne aptitudes para el ejercicio del trabajo agrícola al que siempre se dedicó con excelentes resultados”. Pero lo que llama la atención, y deja perplejo a cualquiera, por la indignidad que supone es el certificado que adjuntamos y que literalmente dice:

“Don Domingo García García, Alcalde Constitucional del Ayuntamiento de la Pola de Gordón, Certifico: Que Ricardo Díez Gutiérrez, natural y vecino de Buiza de este término municipal, de diez y nueve años de edad, soltero y jornalero no ha padecido enajenación mental ni ha ejercido la mendicidad. Y para que conste…”

Me pregunto si ser pobre en otros lugares del mundo fuera de España supondría el tener que soportar indignidades como la que comentamos. Al parecer aquí no bastaba con pasarlo mal siendo pobre. Encima tenían que soportar que el alcalde de su pueblo (que en muchos casos y dada la época de la que hablamos podía ser perfectamente un señorito) tuviera a bien certificarles que no estaban locos (algo que únicamente puede certificar un médico) o que no eran unos mendigos. Excelente instrumento para regular la emigración (otras consideraciones aparte). ¿No les parece?

Creo que el certificado de marras es una indignidad. El hecho de que el alcalde de un pueblo (que a lo mejor era un pedazo de bestia) tuviera que certificar que uno era un buen chico (sin ningún criterio objetivo, por cierto) para que pudiera comer mejor y tener una vida más plena me parece simplemente una indignidad.

 


20 diciembre 2020

ATARDECER AL FILO DEL INVIERNO.

 

ATARDECE EN LA VEGA DE ANTEQUERA. Muere el día pronto,  al igual que va muriendo el otoño. Hace frío en el campo y en el aire se barrunta la llegada del invierno. La de hoy es una de esas tardes grises y tristes, tardes largas debido al temprano ocaso, que discurren lentamente entre la modorra y la melancolía. Me encanta pasar estas tardes grises del preludio del invierno sentado ante el fuego bebiendo café y comiendo algo dulce. Recuperando lecturas aplazadas (debo de tener como siete libros a medio leer) o revisando algunas de mis viejas cajas de soldaditos. No me gusta mucho la navidad. Desde la muerte de mi hermana Esther ya no tiene tanto sentido para mí. Sin embargo, los últimos días del otoño y primeros de invierno me encantan. Supongo que, aunque vivo en el sur, mis raíces norteñas me hacen añorar unas tierras frías y lejanas que apenas si conozco por los relatos que de las mismas me han hecho algunos familiares.

 

Feliz fin de semana y feliz tarde de sábado.

 

Fernando


13 diciembre 2020

RECUERDOS DE COSAS PEQUEÑAS. RETAZOS DE NUESTRA VIDA.



 

Hoy me han venido a la memoria algunas cosas que mi madre tenía en casa. Recuerdo que olía intensamente a vainilla la manga pastelera de mi madre. Aquel trasto me fascinaba. Me parecía el colmo de la modernidad en aquellos años 60 en España, años en blanco y negro aunque para mí bastante felices.  Venía la manga pastelera de mi madre  en una caja de cartón duro de color granate brillante y sobre  la tapa había un precioso dibujo a todo color de una señora rubia muy guapa en una cocina amplia e iluminada, una cocina yanqui de esas modernas, de las que todavía no había en España. Era un dibujo realmente bonito, muy del estilo de aquellos trabajos  de Norman Rockwel.

 

Recuerdo también un álbum de fotos enorme, con tapas de madera lacadas en negro y en la portada un águila cazando a su presa. El águila era de ébano y el plumaje de nácar. En la contraportada tenía un mecanismo de cuerda que hacía que sonara música al abrirse el álbum. Me pasaba las horas muertas  mirando las fotos de mis abuelos, amigos  y familiares que mi madre, primorosamente, había pegado en aquellas hojas de recio cartón negro. Rostros de personas que pasaron por mi vida y que ahora ya no están con nosotros aunque gracias al recuerdo y a los sensaciones que el mismo conlleva, permanecen al cariño, el amor que siendo un niño recibí de ellos.

¿Y qué decir de los juguetes que compartía con mis hermanos? Los soldaditos, indios y cowboys, los MADELMAN o el SCALEXTRIC (que también tenía un olor muy peculiar). Con los soldaditos aún sigo. Los colecciono desde niño. Una buena amiga psicoanalista para tocarme las narices dice que  mis soldaditos son una herramienta para intentar mantenerme anclado a mi infancia. No se lo tengo en cuenta porque cuando me quité del tabaco hace ya 20 años me hizo una reflexión que me fue de mucha utilidad para olvidarme de inmediato del maldito vicio. En todo caso, las señoras siempre han llevado muy mal que tenga la casa llena de soldaditos en miniatura.

 

Recuerdos. Según he ido cumpliendo años, me he dado cuenta de que, a la postre, el alma de los hombres  se sustenta en tres pilares básicos: en nuestros recuerdos, nuestra dignidad y nuestra gratitud hacia las personas que por nosotros algo hicieron. Recuerdos, dignidad, gratitud, vitales cuestiones.

Recuerdos, percepciones del tiempo pasado, retazos de tiempo que retenemos en nuestras mentes aunque sean de cosas pequeñas o aparentemente  sin importancia como las que he descrito en este post.  Escribió  Benjamín Franklin que, el tiempo, es la sustancia de la que está hecha la vida. Por ello, esos recuerdos son en realidad porciones de nuestra vida que nos acompañan o deberían acompañarnos y que de cuando en cuando recuperamos. Nuestra vida, sin  duda, se sustenta sobre esos recuerdos, benditos sean. Creo firmemente que somos nuestros recuerdos y sin ellos nuestra vida carece de sentido. De ahí la inmensa crueldad de enfermedades como Alzheimer que  sin piedad nos dejan sin uno de los pilares básicos sobre los que se apoya nuestra vida.

 

Feliz Domingo, amigos. Abrazos marineros.

 

Fernando José García Echegoyen

 

10 diciembre 2020

¿QUE ES UN BARCO?¿QUE ES EL CONCEPTO DE NAVEGABILIDAD?

 



¿Existe una definición de lo que es un barco? Pues sí, existe una definición clásica de lo que es un barco, que varía con ligeros matices de unos autores a otros y que básicamente es la siguiente:

Se denomina con el nombre de barco o buque a un vaso flotante simétrico con respecto a un  plano  longitudinal que pasa por su centro y que debe cumplir cuatro requisitos que son:


- Flotabilidad.
- Estabilidad.
- Solidez.
- Gobernabilidad.

Aclaramos:

- Vaso flotante simétrico con respecto a un  plano que pasa por su centro. Quiere decir que es idéntico a banda y banda. Si al lado izquierdo tiene una determina estructura al lado derecho tiene que tener la misma estructura o peso. Un portaaviones, como excepción,  no es ejemplo de simetría en cuanto a distribución de estructuras  o de cubierta de vuelo pero sí lo es en cuanto a distribución de pesos lo que a efectos prácticos hace indiferente la cuestión de simetrías de estructuras.


- Flotabilidad: que esté construido de forma que se pueda mantener a flote siempre. En el momento en el que deja de flotar, deja de ser un barco.


- Estabilidad: que sea capaz de mantenerse adrizado en la mar o dicho de otra forma, que sea capaz de volver a su posición de equilibrio cuando ha sido sacado de la misma por agentes externos.


- Solidez. Pues eso, que sea sólido y resistente.


- Gobernabilidad. Que sea capaz de navegar por sí mismo, que se autopropulse mediante remos, velas, máquinas de vapor, motores de explosión o reactores nucleares y que pueda ser gobernado, dirigido. Si no cumple esta cualidad, ya no es un barco. Por ejemplo un pontón, un gánguil o una barcaza, aunque en lo referente a estabilidad, solidez y flotabilidad se asemejen o comporten como barcos en realidad no lo son porque necesitan de la asistencia de un remolcador o similar para poder moverse, desplazarse.

Estas cualidades nos llevan a otro concepto que es el de navegabilidad. Es un concepto náutico jurídico según el cual para que un barco sea acreedor de tal definición, es decir que sea navegable,  debe encontrarse en perfecto estado de mantenimiento y funcionamiento  tener en vigor toda su documentación oficial. Ejemplos:

 

-          Si un barco sufre cualquier eventualidad que ponga en peligro su integridad o su capacidad de navegar deja de ser navegable. Si por esa eventualidad se le ha retirado toda o parte de su documentación oficial, los certificados de navegabilidad o conformidad,  el barco no es navegable. Si una vez reparada la eventualidad la administración decide no devolverle dicha documentación porque sus inspectores consideran que las reparaciones no han sido efectuadas adecuadamente, el barco no es navegable.

-          Si la documentación del barco caduca y no se renueva, el barco no es navegable.

-          ¿Cuál es la consecuencia de que el barco no sea navegable? Hay varias pero la más importante es que en caso de siniestro las compañías de seguros  no pagan los siniestros, la póliza de seguros deja de dar cobertura a los riesgos de mar.

-           ¿Más consecuencias de la no navegabilidad? Las sociedades clasificadoras retiran la clasificación de idoneidad o aptitud del barco.

-          Si usted tiene un siniestro con la documentación del barco retirada no siendo por tanto la embarcación navegable, prepárese………. Lo que podía ser  un simple accidente de mar se va a convertir en un delito.

 

Fernando José García Echegoyen

Echegoyen.es

07 diciembre 2020

MI EXPERIENCIA CON CUARTO MILENIO EN LOS TIEMPOS DEL COVID

 


 

Nunca tuve muy claro lo del coronavirus. Veía el tema como algo muy lejano que estaba sucediendo en China y a lo que se estaba prestando demasiada atención sobre todo si tenemos en cuenta la pequeña incidencia que estaba teniendo en España. Hace dos años y medio tuve una grave afección pulmonar debido a una descompensación en la tensión arterial y  a pesar de que en el mes de febrero de 2020 me habían dado los neumólogos el alta, la afección me situaba directamente en uno de los grupos de riesgo a los que el coronavirus podía causar la muerte.  No era mi escepticismo el origen de mis dudas. Las mismas tenían su origen en las  propias manifestaciones de los políticos que hacían especial hincapié en tres cuestiones que a mí me parecían de lo más relevantes:

 

-          El coronavirus se manifestaba como gripe  fuerte.

-          Era muy difícil que se extendiera por España como lo estaba haciendo en China o en Italia.

-          No se conocía en España mortalidad directamente imputable al coronavirus

Si nuestros responsables políticos (a pesar de que no es que estuvieran precisamente en mi línea de pensamiento o creencias políticas) decían esas cosas, más o menos me las tenía que creer.

El  tres de marzo grabo por última vez en el plató de Cuarto Milenio e Iker me lleva aparte y me explica punto por punto todo lo que ha sucedido en estos meses de aislamiento y pandemia. Una de las más certeras y funestas profecías que me han hecho en mi vida. Al día siguiente recibo un mail de Iker confirmándome lo que me había explicado en persona y detallando las cosas con las que tenía que tener cuidado y las que no debía hacer. Enseñé ese mail a mis familiares y a algunos amigos íntimos los cuales quedaron muy impresionados por el devenir de los acontecimientos y su absoluta coincidencia con lo que Iker decía en su correo electrónico.

Llega el 15 de marzo (si no mal recuerdo) y nos confinan. Empiezan a cumplirse los vaticinios de Iker . Veo una inicial movilización de muchos sectores de la sociedad que me llena de esperanza. Parecía que después de todo había mucha gente que iba a luchar por los demás (como así ha sido) y eso, encerrado en mi casa, me hace reflexionar en qué cosas puedo hacer yo por los demás dentro de mis humildes posibilidades. Y lo que se me ocurrió fue que tenía que dedicarme a contar historias para los demás. Durante estos años de colaboraciones con Cuarto Milenio mucha gente ha tenido la amabilidad de acercarse a mí para decirme lo mucho que le gustaban las  historias que yo cuento. Y a ello me puse. Empecé a grabar videoblogs como si no hubiera un mañana contando, no solo historias del mar y los barcos, sino también vivencias mías, sobre mi relación con Cuarto Milenio, mi niñez en el colegio, mis aficiones, el virus (contestados con muy malas formas por los del lateral izquierdo del campo ) etc , etc.

Nunca me hubiera imaginado que mis videos pudieran despertar en las personas reacciones  como las que me trasmitían por redes sociales. Sencillas madres de familia que me decían que veían los videoblogs con sus hijos (el 90% de estas personas me conocían de Cuarto Milenio). Miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado (especialmente de la Guardia Civil de Tráfico)  que me comentaban que se descargan los programas de Milenio Live y veían mis videos para evadirse del horror cotidiano al que se estaban viendo sometidos en su día a día.

Me levanto el día 28 de marzo y me encuentro, literalmente, mi correo electrónico y el FB “petados” de mensajes de  seguidores de Cuarto Milenio  preguntándome que qué había ocurrido. Yo aquella noche no había visto Milenio Live y rápidamente empecé a investigar. Los titulares de los periódicos me parecieron simplemente nausebundos. Escribí  a Iker preocupado por lo que leía y me contó de del ERTE lo cual me dejó bastante tranquilo.

Hice dos o tres videoblogs sobre Cuarto Milenio y me quedé impresionado por la respuesta de la gente a través de los comentarios de FB, los privados y mensajes de mail  a través de mi web. Me quedé impresionado de lo mucho que importaba Cuarto Milenio a muchos cientos de miles de españoles.

La conclusión que saqué durante aquellos días oscuros es que Cuarto Milenio (y sus franquicias)  era un importantísimo apoyo y fuente de información para mucha gente sencilla. Sí, eran días oscuros y de desinformación. Yo mismo me veo informándome sobre la pandemia  a través de los comités de expertos que Iker organiza.

Van pasando los días y la percepción que he descrito va en aumento. Me dejan sin habla sobre todo personas que me llaman o me mandan audios por FB o por mail y rompen a llorar. Hubo muchos aunque los que me más me impresionaron fueron cuatro:

1)      Un chica de Alicante que me dijo que lo había perdido todo. La vi tan hundida que le hice un videoblog par ella sola. En archivo aparte adjunto el audio (menos de 30 segundos) en el que rompe a llorar. Una persona con un sencillo negocio que se le ha ido al carajo y que ve a Cuarto Milenio y a su equipo como un ente en el que apoyarse y con el que cuenta. Se siente parte de la estirpe de los libres.

Esta es la conversación. El audio lo mando en correo aparte.

Buenas tardes Fernando! Soy una seguidora fiel tuya. Mi amigo Nacho trabaja en Samur de Madrid y a día de ayer en sus informes tenían contabilizados 40.000 muertos. Una cifra demasiado distante de la que anuncian los medios.

Angy  envió 11 de abril

Me dice que en las ambulancias del Samur no tienen ni guantes

Angy  envió 11 de abril

Tiene que llevárselos de casa

Enviaste 11 de abril

Un abrazo para ti y otro para tu amigo Nacho de mi parte. Y ya sabes, Angy: que nunca se nos olvide lo que los políticos nos están haciendo. Tu amigo es, sin duda, un valiente.

Enviaste 11 de abril

Un beso

 

 

envió 11 de abril

Te lo comento x el post que has publicado.

Enviaste 11 de abril

Lo pudes poner en el muro tbm. A quien le pique que se rasque. Yo voy a seguir luchando desde mis posibilidades.

 

 

envió 11 de abril

A mi me han arruinado la vida. He perdido mi trabajo el negocio X el que llevo luchando más de 3 años... Tenemos que denunciar al gobierno cuando todo esto acabe. Esto no puede quedar así Como criminales que son debemos mandarles a la cárcel

Angy  envió 11 de abril

Otro abrazo para ti Fernando

Angy  envió 11 de abril

Que tengas mucha suerte ❤

Enviaste 11 de abril

Iker y sus colaboradores estamos luchando, de verdad. Suerte y ánimo

11 de abril

envió 11 de abril

Fernando no sabes como te agradezco el gesto que has tenido conmigo. Y si, tienes razón, lo que he perdido es material y se puede recuperar, lo valioso lo sigo conservando. Tienes razón, estoy muy deprimida y x eso no lo veo objetivamente. Lo dicho Fernando, contad conmigo para emprender acciones legales o lo que sea... Cuando esta pesadilla acabe tenemos que sublevarnos, me niego a vivir en una Venezuela volumen 2. No tengo miedo a nada ni a nadie voy a ir a por ellos cueste lo que cueste. Cuenta conmigo de verdad. Un abrazo enorme gracias por tu tiempo

 

 

2)      Un inspector de policía (amigo de la niñez) que me pide que haga como colaborarador de Cuarto milenio un video para levantar el ánimo a la policía. Han creado una asociación de policías destinada a dar apoyo moral a los policías malagueños por las terribles circunstancias que están viviendo y piden a personas del mundo de la cultura en Málaga videos para dar ánimo a sus compañeros. Ye envié por mail el video que les hice. Se rompió y se puso a llorar como un niño. Jamás en la vida me podía haber imaginado que un tipo tan duro como ese se iba a poner a llorar.

3)      Un testimonio que me impacto muchísimo fue un señor ya jubilado que me mandó una serie de audios contándome su experiencia. Me dijo que había perdido a su mujer, que no había podido estar con ella en sus momentos finales ni asistir a su entierro. Me contaba que uno de los momentos que con más ganas esperaban era la noche del domingo para ver Cuarto Milenio. También me comentó que él mismo se sentía muy mal, que creía que estaba contagiado y que estaba muy solo ya que sus hijos vivían fuera de Madrid. Después el silencio más ominoso y absoluto. Incluso alguien borró su perfil de FB. Me temo  lo peor.

4)      Otro amigo mío. El, su mujer y sus dos niños contagiados desde el principio del confinamiento. En mayo les seguían los síntomas y lloraba amargamente porque dice que la sanidad pública no les hacía ni puñetero caso (son formas de ver las cosas). Ni siquiera les habían ingresado.

 

Lo curioso del tema es que todas estas personas son o eran fieles seguidores de Cuarto Milenio y se dirigían  a mí como colaborador del programa, como si nosotros pudiéramos hacer algo por ellos. De todas las personas con las que he hablado durante estos meses he aprendido que Cuarto Milenio ha saltado de ser un programa de entretenimiento y de difusión cultural o divulgación de diversos temas a ser un referente moral para millones de personas. Un apoyo donde oír voces autorizadas que sin duda han iluminado con la verdad  estos tiempos oscuros que nos han tocado vivir. Gracias al calor con el que Iker y Carmen cuentan sus cosas, la gente se siente arropada y perteneciente a un colectivo en el que hay cientos de miles de personas como ellos, con las mismas inquietudes y los mismos problemas. Una ventana a realidades diferentes que durante unas horas les libera de la monotonía y del horror que están viviendo día a día. Y además ven Cuarto Milenio como un reducto en el que se cuenta la verdad. Una verdad que institucionalmente se les está negando y ocultando.

El otro día le decía, quien escribe estas líneas, a Iker que participar en Cuarto Milenio se ha convertido para mí en una obligación moral. Antes era una especie de divertimento en el que participaba con mucho gusto. Iba a Madrid a grabar, visitaba mis tiendas favoritas, comía en un buen restaurante y luego a grabar un programa que profesionalmente me prestigiaba y a nivel personal me hacía ser una persona conocida. A nadie le amarga un dulce. Ahora, viviendo estos tiempos difíciles y viendo como la gente los está viviendo y sufriendo ha cambiado completamente mi percepción del programa. Hay cientos de miles de personas que esperan lo que les contamos los domingos por la noche y eso, insisto, es una obligación moral para mí.

Los seguidores de Cuarto Milenio y el coronavirus han cambiado la percepción que hasta ahora yo tenía de la gente y han hecho que las mire con mucha más simpatía, más ternura  si se me permite expresarlo así. Jamás me hubiera imaginado que la sociedad española estuviera tan desvalida. No saben qué hacer ni como desenvolverse en una situación tan compleja como esta. Ese desvalimiento no viene de la soledad que afecta a cientos de miles de personas en España. Al fin y al cabo la soledad muchas veces es algo que uno elige. El desvalimiento tiene su origen en una sucesión de planes educativos criminales que han idiotizado a los estratos más humildes de la sociedad, incapaces de investigar por sí solos para encontrar la verdad. En unos programas de televisión de lo más vale no hablar y de unos políticos profesionales (son profesionales porque no saben hacer otra cosa) que no dicen más que mentiras.

Me gusta pensar que son esas miles de personas para las que trabajo en la difusión de la cultura marítima en cualquier foro y ahora, especialmente, en Cuarto Milenio. Se decía al principio de la pandemia que de la misma íbamos a salir mejores, más solidarios menos egoístas. La segunda ola del coronavirus, como yo sospechaba, ha demostrado lo contrario. Aparte de esos millones de desvalidos hay otro tantos de egoístas y de mala gente que de nuevo están causando la debacle en nuestro país. Al menos el coronavirus y los espacios de libertad como Cuarto Mileno nos están sirviendo para distinguir a unos de otros y así poder protegernos de los “malos”.

Cuando era niño mis abuelos me contaban historias de la guerra de Africa  o de la Guerra Civil. Y mis padres historias de la postguerra. Yo pensaba “¡qué generación con tanta suerte la mía. No hemos tenido que vivir esos horrores!” . Creo, salvando las distancias naturalmente, que el coronavirus es la gran crisis de nuestra generación. La diferencia con las crisis que vivieron nuestros padres y nuestros abuelos es que el COVID ha hecho saltar por los aires a nuestra sociedad sin que nadie haya tenido que pegar un solo tiro. No sentíamos tan fuertes, tan seguros, tan avanzados….y todo se ha ido a la mierda con perdón. Por eso nos hacen falta lugares de encuentro y libertad en los que se nos diga la verdad y en el que podamos sentirnos libres.

Lugares como Cuarto Milenio.

 

Abrazos marineros.

 

Fernando