Nunca
tuve muy claro lo del coronavirus. Veía el tema como algo muy lejano que estaba
sucediendo en China y a lo que se estaba prestando demasiada atención sobre
todo si tenemos en cuenta la pequeña incidencia que estaba teniendo en España.
Hace dos años y medio tuve una grave afección pulmonar debido a una
descompensación en la tensión arterial y
a pesar de que en el mes de febrero de 2020 me habían dado los
neumólogos el alta, la afección me situaba directamente en uno de los grupos de
riesgo a los que el coronavirus podía causar la muerte. No era mi escepticismo el origen de mis dudas.
Las mismas tenían su origen en las propias
manifestaciones de los políticos que hacían especial hincapié en tres
cuestiones que a mí me parecían de lo más relevantes:
-
El
coronavirus se manifestaba como gripe fuerte.
-
Era
muy difícil que se extendiera por España como lo estaba haciendo en China o en
Italia.
-
No
se conocía en España mortalidad directamente imputable al coronavirus
Si
nuestros responsables políticos (a pesar de que no es que estuvieran
precisamente en mi línea de pensamiento o creencias políticas) decían esas
cosas, más o menos me las tenía que creer.
El
tres de marzo grabo por última vez en el
plató de Cuarto Milenio e Iker me lleva aparte y me explica punto por punto
todo lo que ha sucedido en estos meses de aislamiento y pandemia. Una de las
más certeras y funestas profecías que me han hecho en mi vida. Al día siguiente
recibo un mail de Iker confirmándome lo que me había explicado en persona y
detallando las cosas con las que tenía que tener cuidado y las que no debía
hacer. Enseñé ese mail a mis familiares y a algunos amigos íntimos los cuales
quedaron muy impresionados por el devenir de los acontecimientos y su absoluta
coincidencia con lo que Iker decía en su correo electrónico.
Llega
el 15 de marzo (si no mal recuerdo) y nos confinan. Empiezan a cumplirse los
vaticinios de Iker . Veo una inicial movilización de muchos sectores de la
sociedad que me llena de esperanza. Parecía que después de todo había mucha
gente que iba a luchar por los demás (como así ha sido) y eso, encerrado en mi
casa, me hace reflexionar en qué cosas puedo hacer yo por los demás dentro de
mis humildes posibilidades. Y lo que se me ocurrió fue que tenía que dedicarme
a contar historias para los demás. Durante estos años de colaboraciones con
Cuarto Milenio mucha gente ha tenido la amabilidad de acercarse a mí para
decirme lo mucho que le gustaban las historias que yo cuento. Y a ello me puse.
Empecé a grabar videoblogs como si no hubiera un mañana contando, no solo
historias del mar y los barcos, sino también vivencias mías, sobre mi relación
con Cuarto Milenio, mi niñez en el colegio, mis aficiones, el virus
(contestados con muy malas formas por los del lateral izquierdo del campo ) etc
, etc.
Nunca
me hubiera imaginado que mis videos pudieran despertar en las personas reacciones
como las que me trasmitían por redes
sociales. Sencillas madres de familia que me decían que veían los videoblogs
con sus hijos (el 90% de estas personas me conocían de Cuarto Milenio).
Miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado (especialmente de la
Guardia Civil de Tráfico) que me
comentaban que se descargan los programas de Milenio Live y veían mis videos
para evadirse del horror cotidiano al que se estaban viendo sometidos en su día
a día.
Me
levanto el día 28 de marzo y me encuentro, literalmente, mi correo electrónico
y el FB “petados” de mensajes de seguidores de Cuarto Milenio preguntándome que qué había ocurrido. Yo
aquella noche no había visto Milenio Live y rápidamente empecé a investigar. Los
titulares de los periódicos me parecieron simplemente nausebundos. Escribí a Iker preocupado por lo que leía y me contó
de del ERTE lo cual me dejó bastante tranquilo.
Hice
dos o tres videoblogs sobre Cuarto Milenio y me quedé impresionado por la
respuesta de la gente a través de los comentarios de FB, los privados y
mensajes de mail a través de mi web. Me
quedé impresionado de lo mucho que importaba Cuarto Milenio a muchos cientos de
miles de españoles.
La
conclusión que saqué durante aquellos días oscuros es que Cuarto Milenio (y sus
franquicias) era un importantísimo apoyo
y fuente de información para mucha gente sencilla. Sí, eran días oscuros y de
desinformación. Yo mismo me veo informándome sobre la pandemia a través de los comités de expertos que Iker
organiza.
Van
pasando los días y la percepción que he descrito va en aumento. Me dejan sin
habla sobre todo personas que me llaman o me mandan audios por FB o por mail y
rompen a llorar. Hubo muchos aunque los que me más me impresionaron fueron
cuatro:
1)
Un
chica de Alicante que me dijo que lo había perdido todo. La vi tan hundida que
le hice un videoblog par ella sola. En archivo aparte adjunto el audio (menos
de 30 segundos) en el que rompe a llorar. Una persona con un sencillo negocio
que se le ha ido al carajo y que ve a Cuarto Milenio y a su equipo como un ente
en el que apoyarse y con el que cuenta. Se siente parte de la estirpe de los
libres.
Esta es la conversación. El
audio lo mando en correo aparte.
Buenas tardes Fernando! Soy una seguidora fiel tuya. Mi amigo Nacho trabaja
en Samur de Madrid y a día de ayer en sus informes tenían contabilizados 40.000
muertos. Una cifra demasiado distante de la que anuncian los medios.
Angy envió 11 de abril
Me dice que en las ambulancias del Samur no tienen ni guantes
Angy envió 11 de abril
Tiene que llevárselos de casa
Enviaste 11 de
abril
Un abrazo para ti y otro para tu amigo Nacho de mi
parte. Y ya sabes, Angy: que nunca se nos olvide lo que los políticos nos están
haciendo. Tu amigo es, sin duda, un valiente.
Enviaste 11 de abril
Un beso
envió 11 de
abril
Te lo comento x el post que has publicado.
Enviaste 11 de
abril
Lo pudes poner en el muro tbm. A quien le pique que se
rasque. Yo voy a seguir luchando desde mis posibilidades.
envió 11 de
abril
A mi me han arruinado la vida. He perdido mi trabajo el negocio X el que
llevo luchando más de 3 años... Tenemos que denunciar al gobierno cuando todo
esto acabe. Esto no puede quedar así Como criminales que son debemos mandarles
a la cárcel
Angy envió 11 de abril
Otro abrazo para ti Fernando
Angy envió 11 de abril
Que tengas mucha suerte
Enviaste 11 de
abril
Iker y sus colaboradores estamos luchando, de verdad.
Suerte y ánimo
11 de abril
envió 11 de
abril
Fernando no sabes como te agradezco el gesto que has tenido conmigo. Y si,
tienes razón, lo que he perdido es material y se puede recuperar, lo valioso lo
sigo conservando. Tienes razón, estoy muy deprimida y x eso no lo veo
objetivamente. Lo dicho Fernando, contad conmigo para emprender acciones
legales o lo que sea... Cuando esta pesadilla acabe tenemos que sublevarnos, me
niego a vivir en una Venezuela volumen 2. No tengo miedo a nada ni a nadie voy
a ir a por ellos cueste lo que cueste. Cuenta conmigo de verdad. Un abrazo
enorme gracias por tu tiempo
2)
Un
inspector de policía (amigo de la niñez) que me pide que haga como
colaborarador de Cuarto milenio un video para levantar el ánimo a la policía.
Han creado una asociación de policías destinada a dar apoyo moral a los policías
malagueños por las terribles circunstancias que están viviendo y piden a
personas del mundo de la cultura en Málaga videos para dar ánimo a sus
compañeros. Ye envié por mail el video que les hice. Se rompió y se puso a
llorar como un niño. Jamás en la vida me podía haber imaginado que un tipo tan
duro como ese se iba a poner a llorar.
3)
Un
testimonio que me impacto muchísimo fue un señor ya jubilado que me mandó una
serie de audios contándome su experiencia. Me dijo que había perdido a su
mujer, que no había podido estar con ella en sus momentos finales ni asistir a
su entierro. Me contaba que uno de los momentos que con más ganas esperaban era
la noche del domingo para ver Cuarto Milenio. También me comentó que él mismo
se sentía muy mal, que creía que estaba contagiado y que estaba muy solo ya que
sus hijos vivían fuera de Madrid. Después el silencio más ominoso y absoluto.
Incluso alguien borró su perfil de FB. Me temo
lo peor.
4)
Otro
amigo mío. El, su mujer y sus dos niños contagiados desde el principio del
confinamiento. En mayo les seguían los síntomas y lloraba amargamente porque
dice que la sanidad pública no les hacía ni puñetero caso (son formas de ver
las cosas). Ni siquiera les habían ingresado.
Lo
curioso del tema es que todas estas personas son o eran fieles seguidores de
Cuarto Milenio y se dirigían a mí como
colaborador del programa, como si nosotros pudiéramos hacer algo por ellos. De
todas las personas con las que he hablado durante estos meses he aprendido que
Cuarto Milenio ha saltado de ser un programa de entretenimiento y de difusión
cultural o divulgación de diversos temas a ser un referente moral para millones
de personas. Un apoyo donde oír voces autorizadas que sin duda han iluminado
con la verdad estos tiempos oscuros que
nos han tocado vivir. Gracias al calor con el que Iker y Carmen cuentan sus
cosas, la gente se siente arropada y perteneciente a un colectivo en el que hay
cientos de miles de personas como ellos, con las mismas inquietudes y los
mismos problemas. Una ventana a realidades diferentes que durante unas horas
les libera de la monotonía y del horror que están viviendo día a día. Y además
ven Cuarto Milenio como un reducto en el que se cuenta la verdad. Una verdad
que institucionalmente se les está negando y ocultando.
El
otro día le decía, quien escribe estas líneas, a Iker que participar en Cuarto
Milenio se ha convertido para mí en una obligación moral. Antes era una especie
de divertimento en el que participaba con mucho gusto. Iba a Madrid a grabar,
visitaba mis tiendas favoritas, comía en un buen restaurante y luego a grabar
un programa que profesionalmente me prestigiaba y a nivel personal me hacía ser
una persona conocida. A nadie le amarga un dulce. Ahora, viviendo estos tiempos
difíciles y viendo como la gente los está viviendo y sufriendo ha cambiado
completamente mi percepción del programa. Hay cientos de miles de personas que
esperan lo que les contamos los domingos por la noche y eso, insisto, es una
obligación moral para mí.
Los
seguidores de Cuarto Milenio y el coronavirus han cambiado la percepción que
hasta ahora yo tenía de la gente y han hecho que las mire con mucha más
simpatía, más ternura si se me permite
expresarlo así. Jamás me hubiera imaginado que la sociedad española estuviera
tan desvalida. No saben qué hacer ni como desenvolverse en una situación tan
compleja como esta. Ese desvalimiento no viene de la soledad que afecta a
cientos de miles de personas en España. Al fin y al cabo la soledad muchas
veces es algo que uno elige. El desvalimiento tiene su origen en una sucesión
de planes educativos criminales que han idiotizado a los estratos más humildes
de la sociedad, incapaces de investigar por sí solos para encontrar la verdad.
En unos programas de televisión de lo más vale no hablar y de unos políticos
profesionales (son profesionales porque no saben hacer otra cosa) que no dicen
más que mentiras.
Me
gusta pensar que son esas miles de personas para las que trabajo en la difusión
de la cultura marítima en cualquier foro y ahora, especialmente, en Cuarto
Milenio. Se decía al principio de la pandemia que de la misma íbamos a salir
mejores, más solidarios menos egoístas. La segunda ola del coronavirus, como yo
sospechaba, ha demostrado lo contrario. Aparte de esos millones de desvalidos
hay otro tantos de egoístas y de mala gente que de nuevo están causando la
debacle en nuestro país. Al menos el coronavirus y los espacios de libertad
como Cuarto Mileno nos están sirviendo para distinguir a unos de otros y así
poder protegernos de los “malos”.
Cuando
era niño mis abuelos me contaban historias de la guerra de Africa o de la Guerra Civil. Y mis padres historias
de la postguerra. Yo pensaba “¡qué generación con tanta suerte la mía. No hemos
tenido que vivir esos horrores!” . Creo, salvando las distancias naturalmente,
que el coronavirus es la gran crisis de nuestra generación. La diferencia con
las crisis que vivieron nuestros padres y nuestros abuelos es que el COVID ha
hecho saltar por los aires a nuestra sociedad sin que nadie haya tenido que
pegar un solo tiro. No sentíamos tan fuertes, tan seguros, tan avanzados….y
todo se ha ido a la mierda con perdón. Por eso nos hacen falta lugares de
encuentro y libertad en los que se nos diga la verdad y en el que podamos
sentirnos libres.
Lugares
como Cuarto Milenio.
Abrazos
marineros.
Fernando