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31 octubre 2020

UN ACTO DE AMOR. LA VERDADERA HISTORIA DE LA ORQUESTA DEL TITANIC.


En realidad no era una única orquesta o banda de música. Eran dos. Un quinteto dirigido

por el violinista Wallace Hartley y que se ocupaba de los conciertos habituales en el

buque (música de fondo durante la hora del té, conciertos de después de cenar, servicios

religiosos) y un trío de violín, cello y piano que tocaban el recepción, justo fuera del

Restaurant a la Carte y el Café Parisién. Se trataba crear un sofisticado ambiente

francés a bordo de un trasatlántico ingles.

 

Los nombres de estos hombres extraordinarios eran:

Wallace H. Hartley, de Dewsbury, director de la banda Violín.

Roger Bricoux, el chelista., de origen francés.

Fred Clarke, de Liverpool, contrabajo.

P.C. Taylor, de Clapham., pianista

G. Krins, de Brixton , violín

Theodore Brailey, de Notting Hill, pianista

Jock Hume, de Dumfries, violin

J.W. Woodward, de Headington, Oxon, chelista

 

Los ocho murieron en el naufragio. Sin embargo su actuación aquella noche tocando

música mientras el barco se hundía los convirtió en una leyenda que aún hoy en día, un

siglo después del naufragio, pervive y hace que su gesta y su memoria sean recordadas

con admiración y veneración por millones de personas.

 

Sin embargo, y aunque pueda parecer paradójico, sabemos muy poco de su actuación

aquella noche. La mayor parte de las cosas que se dicen de ellos no son sino

especulaciones. El gran escritor e investigador Walter Lord, autor de dos de los mejores

libros que se han escrito sobre el Titanic (La Última Noche del Titanic y The Night

Lives On) señala certeramente en su segundo libro:

 

"Estas dos orquestas tenía repertorios completamente distintos. Habían hecho sus

propios arreglos y normalmente no se mezclaban. Es probable (aunque no seguro)

que aquella noche tocaran juntos por primera vez. Por tanto, sea lo que fuere que

tocaran debía ser algo sencillo de interpretar sin partitura. Los hits de aquella época y

viejas interpretaciones que los músicos se sabían de memoria"

 

Siguiendo los comentarios de Lord y de otros investigadores vamos a analizar aunque

sea de forma somera la actuación de la orquesta del Titanic aquella noche respondiendo

a las cinco preguntas más usuales que se plantean sobre la actuación de los ocho

músicos:

 

¿Tocaron realmente aquella noche?

 

Eso está fuera de cualquier duda. Tocaron, hubo cientos de testigos que así lo manifestaron.

 

¿Dónde tocaron?

 En torno a las 00:15 horas, unos 35 minutos después de la colisión

contra el témpano, se reunieron a tocar en el gran salón de primera clase de la cubierta

A. Llevaban sus uniformes con guerreras de color verde. Los testigos los recuerdan

perfectamente. Cuando el salón se vació de pasajeros que angustiados se dirigían a sus

camarotes o a los botes salvavidas, los músicos se encaminaron a la gran escalera de

primera clase al nivel de la cubierta de botes. Probablemente lo hicieron porque allí

había un piano del que sin duda los pianistas harían buen uso. Al final salieron a

cubierta y todos los testigos afirman que estuvieron tocando en la misma entrada a la

gran escalera de primera clase. Justamente en la película se les ve tocar en el gran salón

de primera clase y en la cubierta de botes.

 

¿Qué tocaron? Todos los testigos afirman que música ligera lo cual coincide con las

conclusiones del antes mencionado Walter Lord. Ragtime, valses, y canciones

populares. Hay coincidencia en al menos dos piezas: Alexander' s Ragtime Band (la

puedes escuchar en ) y el gran éxito musical del momento "In the Shadows" (una delicia que puedes escuchar en el siguiente enlace )

 

¿En realidad tocaron Más cerca de ti, Señor?. Pues parece que no. Es una leyenda sin

duda muy bonita pero una leyenda al fin y al cabo. La misma nace de una afirmación de

Wallace Hartley, el director de la banda, que comentó en muchas ocasiones que

"Nearer, My God to Thee" era su himno favorito y que si alguna vez tuviera que tocar

en la cubierta de un buque que se hundía la interpretaría con su violín. Cómo

acertadamente expresó el coronel Archibald Gracie, un superviviente de primera clase,

que escribió el primer estudio serio sobre el naufragio, "Si hubieran tocado Más Cerca

de Ti Señor me acordaría". Posteriormente añadiría que tocar semejante himno hubiera

sido una desacertada decisión carente de tacto en un barco que se estaba hundiendo y

que sus acordes hubieran transmitido la sensación de la muerte cercana a los

aterrorizados pasajeros.

 

¿Durante cuánto tiempo tocaron los músicos? De los muchos testimonios que hubo

destacamos dos. El del segundo operador Marconi, Harold Bride que declaró haberlos

oído tocar mientras intentaba librar de sus trincas al bote plegable B sobre los camarotes

de los oficiales. Eran ya los últimos instantes del Titanic. Y sin embargo la más

contundente de las declaraciones sobre hasta cuando tocaron los músicos (y tal vez el

mejor epitafio para ellos) la hizo un joven camarero durante la investigación inglesa.

Lord Mersey, el comisario encargado de la investigación pregunto al muchacho

(Edward Brown era su nombre) si recordaba durante cuánto tiempo había tocado la

orquesta a lo que el joven, un poco sorprendido y con los ojos muy abiertos contesto:

Señoría, no recuerdo haber oído que dejaran de tocar.

 

Cuando alguien me pregunta si en mi opinión fueron unos héroes (palabra por cierto

que me gusta muy poco) contesto siempre lo mismo; no importa lo que tocaron, ni

durante cuánto tiempo tocaron, ni dónde tocaron. Hay que ser muy, muy hombre y

sentir un gran amor hacia tus semejantes para tocar música (aunque sólo sea un ratito)

en la cubierta de un barco que se hunde sabiendo que estás viviendo los últimos

instantes de tu vida. Por eso creo que en realidad los últimos instantes de la orquesta del

Titanic constituyen por encima de todo, un acto de amor.

 

Por cierto. Las distintas asociaciones de músicos de Gran Bretaña hicieron campañas

para recolectar fondos para las familias de los músicos del Titanic. La White Star Line,

con un comportamiento impresentable, no los consideraba tripulantes del barco y por

tanto no pagó ninguna indemnización. Algunos expertos afirman incluso que llegaron a

cobrar a algunas familias el importe de los uniformes que habían facilitado a los

músicos.

 Fernando José García Echegoyen

naufragios.es@gmail.com

https://www.echegoyen.es