Buscar en este blog

31 octubre 2020

LA ODISEA DE LA MOTONAVE MAR CANTABRICO. DE NUEVA YORK Y VERACRUZ A ESPAÑA EN UN VIAJE HACIA LA TRAGEDIA.

El Mar Cantábrico era un gran mercante español construido en Euskalduna de Bilbao en 1930 para la naviera Marítima del Nervión. Sus 123 metros de eslora, 6.632 toneladas de registro bruto y 4.500 caballos de potencia de sus dos diesel convertían al Mar Cantábrico en una de las mejores motonaves de la Marina Mercante Española. Al estallar la Guerra Civil es incautado por el gobierno de la República para ser utilizado como buque prisión en el puerto de Valencia. Posteriormente participa en las acciones navales de Baleares y tras ser destituido su capitán titular se encomienda su mando al primer oficial, don Serafín Santa María zarpando el barco de Valencia rumbo a Nueva York y Veracruz para tomar un cargamento de armas para la República.

Tras una rocambolesca historia digna de una novela de espionaje, el Mar Cantábrico tomó en sus bodegas en los puertos de Nueva York y Veracruz un importantísimo cargamento de aviones, motores de aviación, armas, cañones, ametralladoras, municiones, cocinas de campaña, material sanitario, víveres y un largo etcétera de materiales indispensables para el Ejército Popular de la República.

Completado el valioso cargamento bélico en Veracruz, el Mar Cantábrico zarpó hacia España. Eran las 6 de la mañana del 20 de febrero de 1937. Al día siguiente los agentes de inteligencia del ejército nacional destacados en Méjico telegrafiaron a sus mandos en España la información sobre el buque y su cargamento. Días antes desde Nueva York había sido enviada la misma información a España anunciando la probable recalada de la motonave en los puertos republicanos del Cantábrico o incluso en los puertos atlánticos franceses.

La Armada, tras ser informada de la posible zona de recalada del Mar Cantábrico, organizó un dispositivo de búsqueda y bloqueo con varias flotillas de “bous” así como con dos cruceros auxiliares, el destructor Velasco y el acorazado España. Con tal dispositivo era casi imposible que el Mar Cantábrico pudiera ya alcanzar su objetivo. Por si fuera y poco y para evitar que el mercante gubernamental se “colara” en el Mediterráneo fueron destacados en el Estrecho los cruceros Almirante Cervera y Baleares.

Durante la travesía hacia España la tripulación del Mar Cantábrico camufló a base de pintura y lonas el aspecto del barco para hacerlo pasar por un mercante inglés, el Adda. Por torpeza o desconocimiento llegaron a pintar el nombre de su puerto de matrícula de forma incorrecta.

El domingo 7 de marzo, en un increíble acto de torpeza, Indalecio Prieto telegrafió al lendakari Aguirre la llegado del Mar Cantábrico a Santander durante la tarde del lunes 8 de marzo. La comunicación fue interceptada por la estación de Palma de Mallorca a las 11 de la noche del día 7. De inmediato el Almirante de la flota ordenó al comandante del crucero Canarias que procediera a interceptar y capturar al Mar Cantábrico. 

A las 13:30 horas de aquel 8 de marzo de 1937 es avistada desde el Canarias la silueta de un gran mercante, aparentemente inglés, nombrado “Adda”. Sin embargo desde el  gran crucero nacional se observan una serie de detalles que hacen sospechar que el avistado buque pudiera ser el Mar Cantábrico. Tal y como hemos mencionado antes llevaba mal escrito el nombre del puerto de matrícula (New  Castle por Newcastle).  A pesar de haber sido cubierto con pintura, su verdadero nombre aún era  visible y las lonas con las que habían sido cubiertas las cajas de los aviones estibadas en cubierta eran también más que visibles. En el puente de mando llevaba pintado un manifiesto en grandes dimensiones que rezaba: ¡GLORIA A MEXICO! LA  ESPAÑA  ANTIFASCISTA TE SALUDA.  En definitiva,  una verdadera chapuza.

Descubierto el engaño, el Canarias ordenó  al Mar Cantábrico que se detuviera y que enviara un bote a su encuentro. Viendo que no eran obedecidas sus órdenes,  el comandante del Canarias ordenó abrir fuego de aviso pero sin alcanzar a la probable presa. Desde el mercante republicano se comenzó a pedir auxilio por radio identificándose como el mercante ingles Adda e informando de que un buque de guerra “desconocido” les estaba abriendo fuego y ordenando que se detuvieran. Cuando las unidades de la Royal Navy alcanzaron la posición dada por el Mar Cantábrico se percataron de lo que estaba ocurriendo y abandonaron la escena sin hacer nada.

Uno de los disparos del Canarias alcanzó al Mar Cantábrico en la bodega número  uno produciéndose un incendio en la misma. Horas después, y dado que la tripulación no abandonaba el barco,  una nueva andanada del Canarias alcanzó al mercante en la bodega número 4 ocasionándose nuevos incendios lo que finalmente provocó que la tripulación abandonara el buque en tres botes salvavidas dos de los cuales se entregaron al Canarias y un tercero intentó huir  siendo posteriormente capturado por el crucero nacional. De los 59 tripulantes y pasajeros del Mar Cantábrico 56 fueron capturados por el Canarias, otro fue recogido por un pesquero francés y dos  más fallecieron uno de ellos por suicidio.

El Mar cantábrico fue marinado por una dotación de presa enviada desde el Canarias; 22 hombres al mando del teniente de navío don Alfredo Lostau Santos y tres tripulantes del Cantábrico (el primer oficial y dos maquinistas) que consiguieron sofocar  los incendios  y conducir el barco hasta Ferrol puerto en el que fondeó el día 10 de marzo aún con fuego y explosiones de la carga de munición que el  transportaba. La difícil operación de sofocar los incendios, taponar las vías de agua y llevar el buque hasta Ferrol  supuso la Cruz Laureada de San Fernando para el T.N. Lostau y la colectiva para el resto de la dotación de presa. Bien distinta  fue la suerte que corrió la dotación del Mar Cantábrico. Tres días después de que el mercante fondeara en Ferrol, se celebró un consejo de guerra a bordo del  buque prisión Contramaestre Casado  en el que fueron condenados a muerte 32  de los tripulantes,  a prisión perpetua  18 y a penas de 20 años un marmitón y un camarero ambos menores de edad. Finalmente tras una revisión en el  Alto tribunal de Justicia Militar las condenas a muerte pasaron a ser 25, 8 de las cuales fueron conmutadas a prisión perpetua  por el General Franco. Los días 8 y 9 de julio fueron ejecutados en el Arsenal Militar de Ferrol los 17 condenados a muerte.

 La carga transportada por el Mar Cantábrico supuso una importantísima ayuda para el bando nacional así como un verdadero revés para el bando republicano.  El buque fue reformado y artillado por la armada de Franco quedando convertido en crucero auxiliar. En una de las fotos que acompañan a este post podéis ver su aspecto tras la reconversión.

Si queréis ampliar la información sobre la captura del Mar Cantábrico os recomiendo el libro Armas Para la República que el otro día mencionábamos aquí. En el número10 de la Revista Española de Historia Militar hay un excelente artículo de Artemio Mortera, Lucas Molina Franco y Rafael A. Permuy López.

Esta es, muy sintetizada, la historia del Mar Cantábrico. A mí siempre me ha interesado mucho porque  es el mejor ejemplo de lo que fue la campaña naval durante la Guerra Civil. Más que una  guerra  naval a base de grandes  batallas fue una  guerra de bloqueo, de buques corsarios, de golpes de mano y contrabloqueos, de fugas,  persecuciones e increíbles historias de espionaje enmarcadas en una enorme e irreconciliable separación entre españoles . Un odio atávico y ancestral que lamentablemente parece continuar en nuestros días.

 

 Fernando José García Echegoyen

naufragios.es

https://echegoyen.es