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31 octubre 2020

EL DIA EN EL QUE EL TITANIC PERDIO LA MAGIA

Tengo ahora 58 años. Hace ya 42 años que el Titanic  pasó a ser parte importante de mi vida. He contado en muchas ocasiones que fue tras ver la película de Roy Baker  cuando  aquella historia me enganchó para siempre. En aquel tiempo lo único que sabíamos del Titanic era lo que sus supervivientes habían contado y lo que las conclusiones de la investigación inglesa decían. Hablar del Titanic era hablar de uno de los grandes enigmas de la historia. Un enigma, por cierto, más cercano a temas como los ovnis o la criptozoología que a la historia marítima propiamente dicha. Hablar, o mejor dicho, especular sobre el Titanic era mágico. Que si estaba partido, que si no lo estaba, que si lo iban a buscar para reflotarlo….En fin. No había casi nada publicado en español sobre el Titanic (con excepción del mítico “La Ultima Noche del Titanic” de Walter Lord) y  las escasas noticias que aparecían en prensa las recortábamos y las guardábamos con mimo. Recuerdo la expectación que levantaban las expediciones del Jack Grimm, un petrolero tejano con más millones que cerebro y que entre otras cosas tenía una maqueta del Titanic de oro puro. Grimm se gastó gran parte de su fortuna buscando el bigfoot, el yeti, el monstruo del Lago Ness o el arca de Noé y siempre afirmó, hasta su muerte, que había localizado los restos de la embarcación bíblica y que había sido el primero en encontrar los restos del Titanic ya que en su última expedición (1983) decía haber localizado lo que parecía sr una pala de una de las hélices del Titanic.

 

En el año 1985 el doctor Robert Ballard localizó, al fin,  los restos del Titanic.  Yo ya tenía 23 años y estaba estudiando la carrera de Náutica. Para mí, fue el momento en el que el Titanic perdió su magia. Indudablemente, al principio, el descubrimiento captó mi interés. Pero poco a poco con el paso del tiempo y según se nos iban desvelando los secretos,  la magia del misterio del Titanic se me fue muriendo. Una querida amiga me iba enviando desde los Estados Unidos los recortes de los principales periódicos que dieron una increíble cobertura al descubrimiento por lo que desde un principio estuve muy informado acerca de todo lo relacionado con aquella expedición y adquirí gran cantidad de conocimientos acerca del pecio. Sin embargo, una vez satisfecha mi curiosidad inicial, el espectáculo de la muerte del titán, de su cuerpo destrozado en el fondo del océano comenzó a parecerme algo casi obsceno, una especie de pornografía de la muerte con la que mucha gente, a la que le interesaba una mierda la historia del Titanic o la de otros grandes naufragios, alimentaba su morbo. No obstante, mi interés por el Titanic no menguó aunque su magia y la ilusión que me producía la historia se habían muerto. A pesar de ello seguí siendo miembro de la Titanic Historical Society y seguí  acumulando conocimientos e información sobre aquella gran catástrofe naval.

Afortunadamente, con el tiempo, y a pesar de que hoy en día lo sabemos casi todo acerca del naufragio,  he aprendido que existe una  una magia y una nueva ilusión por la historia del titán insumergible. La de contar su historia a amigos y personas como vosotros que habéis seguido con tanto cariño este especial sobre el Titanic con  el que he querido conmemorar con vosotros la efeméride. Espero que os haya gustado. Volveremos de cuando en cuando con el Titanic y con su trágica historia.

Besos y abrazo a todos.

 

Fernando José García Echegoyen

 naufragios.es@gmail.com

https://www.echegoyen.es